ECONOMIA

Crisis de constructores y el Covid-19 dejan a 250.000 obreros sin empleos

En ferreterías y casas comerciales creen que la incertidumbre sanitaria, política y económica limita inversiones y condiciona las compras. La dirigencia nacional del sector constructor proyecta cifras críticas

Si la construcción se paraliza, el perjuicio es en cadena. El paro cívico de 21 días, los conflictos sociales de noviembre de 2019 y la inactividad del sector este año por la pandemia que frenó las obras y nos obligó al cierre de las tiendas nos tienen al borde del colapso”.

Así, Lourdes Gutiérrez, propietaria de la ferretería que lleva el mismo nombre de su apellido, resumió las secuelas de la crisis del sector constructor y del Covid-19.

La ferretera deduce que la gente atesora el dinero y dejó de invertir por la incertidumbre sanitaria, política y económica que vive el país. “La gente está sin plata”, dice.

En Alto San Pedro, zona de referencia donde convergen negocios que ofertan materiales de construcción en Santa Cruz de la Sierra, lo mencionado por Gutiérrez es compartido en otros negocios.

En la tienda de pinturas Joaquín, Reinaldo Galarza indicó que la crisis del sector constructor y el Covid-19 contagiaron sus ventas y que los resultados son estrepitosos. Evoca que antes de la pandemia facturaba, en promedio, hasta Bs 12.000 por día, hoy no supera los Bs 4.000. “La gente invierte en pequeños negocios que le permiten ingresos diarios y no piensa en construir ni remodelar”, dijo.

En Comercial Brianne, que vende productos cerámicos, María del Carmen Laura cree que la crisis del sector constructor y la incertidumbre política y económica inciden en las inversiones y en las compras.

Infiere que la paralización de desembolsos de proyectos urbanísticos e inmobiliarios en el sector público y privado frenó las ventas. Habla que la limitada oferta foránea de porcelanato, sobre todo chino, y la variación de precios impactan en la decisión de compra.

La crisis del sector de la construcción genera un efecto dominó en la mano de obra. A decir del ejecutivo de la Confederación Sindical de Trabajadores de la Construcción de Bolivia, Valerio Ayaviri, el incumplimiento de pago de planillas que corresponde a obras públicas, en algunos casos desde hace más de un año, deja cicatrices profundas en la tasa de desempleo.

Habla que de los 489.000 trabajadores que dependen directamente del sector constructor, un 50% salió del mercado laboral al no poder cobrar. “La pandemia del Covid-19 fue el tiro de gracia”, manifestó

Ayaviri mencionó que varias empresas constructoras, sin detallar cifras, dejaron de operar y desvincularon personal para evitar más asfixia financiera. El grueso del ‘pelotón’ de trabajadores desempleados se concentra en Santa Cruz, La Paz y Cochabamba.

Desde la Asociación de Constructores de Santa Cruz (Adecons), su presidente, Rudy Granado, señaló que la realidad de las 105 empresas constructoras pequeñas y medianas asociadas a la organización es crítica porque no han cobrado planillas de obras públicas entregadas hace un año.

Aludió que la deuda ronda los Bs 309 millones y alcanza a 220 proyectos de infraestructura, cuyos contratos fueron firmados con entidades que dependen de los tres niveles de Gobierno (central, departamental y municipal). “La falta de pago llevó a la quiebra a unas 10 empresas y estimamos que de 3.000 a 4.000 trabajadores que dependían de las empresas constructoras fueron retirados”, afirmó.

Balance sectorial

El informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), acerca de la variación del Producto Interno Bruto (PIB) al segundo trimestre de 2020, refleja una contracción del 11,11% del sector de la construcción que, junto a la minería, son las actividades más afectadas por el contexto de la pandemia. 

En el caso de la construcción, las obras públicas y privadas se paralizaron en abril y, parcialmente, en mayo y junio, representando una disminución del 50,95% en la variación acumulada al segundo trimestre del año.

A tres meses de concluir el año, el presidente de la Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco), Luis Bustillos, afirma que la construcción se encuentra en una recesión ‘bastante fuerte’ y que la proyección de cifras es más crítica.

Señala que, a la fecha, solo el 28% de empresas del sector actualizaron sus matrículas, que 250.000 empleos se perdieron y que persiste la deuda acumulada de más de Bs 2.000 millones del Estado con las empresas constructoras desde hace un año. Prevé una contracción del 18% del sector constructor.

A criterio de Bustillos, generar proyectos para hacer aceras o adoquinados, previéndose 60.000 empleos por tres meses, no se considera una reactivación económica, ya que la actividad es temporal.

“Se debió cuidar el recurso humano que tenía trabajo seguro pagando todo lo que se les debe a las empresas constructoras y no crear proyectos nuevos de corto plazo. Si el Gobierno de transición hubiera cancelando las deudas pendientes del Gobierno anterior, el golpe hubiera sido leve y no tan duro como el que sienten ahora”, puntualizó.

En criterio del gerente general de la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz), Javier Arze, el sector es el más afectado por la actual crisis económica. 

Con datos del INE, la caída del PIB de la construcción acumulada al II trimestre (30 de junio de 2020), comparado con el mismo periodo de 2019, es del 50,95%, lo que significa que ha perdido la mitad del valor producido hace un año.

Hizo notar que lamentablemente las estadísticas nacionales publicadas este año no muestran datos por departamento, por lo que no se puede contar con indicadores definitivos de Santa Cruz.

Sin embargo, dijo que estudios del Centro de Estudios Económicos y Desarrollo (CEED) de la organización empresarial permiten señalar que la caída de la construcción en la región, en lo que va de este año, es superior al indicador nacional, considerando que mostraba una desaceleración desde 2019.

De datos del INE, hasta agosto de este año, dijo que se aprobaron permisos de construcción por una superficie de 649.664 (m2) en todo el país. En el mismo periodo de 2019 los permisos aprobados representaron 2.088.704 (m2), lo que significa una caída del 68,90%.

“Estos indicadores muestran la gravedad de la situación y un panorama poco alentador si no existe voluntad política para generar mayor participación de las empresas bolivianas en obras públicas, se promulga una ley de contrataciones y compras y se paga las planillas devengadas”, anotó Arze.

Efecto rebote

Desde la industria cementera Fancesa, el gerente general Carlos Díaz Quevedo manifestó que la paralización del pago de planillas a las empresas constructoras que ejecutaban proyectos de inversión pública ha generado una cadena de inconvenientes con los involucrados en este sector y que la desaceleración del sector constructor ha paralizado la ejecución de proyectos privados y estatales, con mayor énfasis en abril y mayo.

Frente a la pandemia e iliquidez, Díaz reveló que tomaron determinaciones negociadas con el sector del transporte pesado y proveedores de materias primas y de capital. Con el transporte pesado se negoció la rebaja del flete.

Desde Itacamba Cemento, el gerente general Alexander Capela anotó que el efecto de la pandemia ha impactado a todos los sectores, ya que técnicamente el mundo paró y la construcción en Bolivia también siguió ese camino.

Anotó que este es uno de los sectores estratégicos y constituye el 3% del PIB y el 8% en la generación de empleos. “La incidencia más grande ha sido la paralización del mercado y el freno al inicio de nuevas obras. Sin embargo, la economía debe reactivarse”, señaló Capelo, al declararse confiado en que los grandes proyectos de infraestructura pública, así como los privados, se activen y equilibren la oferta actual de mercado.

Desde Soboce, el gerente general Juan Mario Ríos aclaró que, frente al panorama inédito, es claro suponer que los niveles de producción y comercialización de cemento en 2020 serán menores a los del pasado año. 

“Aún desconocemos el impacto a mediano y largo plazo, debido a la situación irregular que aún no concluyó y porque la proyección de la recesión económica es para 2020, según esas proyecciones, en 2021 habría una recuperación”, subrayó Ríos.

Industrias se reinventan para acercarse y fidelizar clientes

La presente época, sin precedentes y llena de incertidumbre a raíz de la pandemia global del Covid-19 que afectó económica y emocionalmente a muchos, a decir del gerente general de la Fábrica Boliviana de Cerámica (Faboce), Javier Pérez Antelo, representó una oportunidad para acercarse a los clientes.

Dijo que Faboce se caracteriza por brindar un servicio personalizado ‘online’ a través del equipo de arquitectos y ejecutivos, ofreciendo a los clientes visitas a los showrooms virtuales de porcelanatos, cerámicas y complementos para que puedan apreciar la variedad, innovación y características desde la comodidad de sus casas u oficinas.

De igual manera, Pérez dijo que realizan montajes digitales gratuitos para que los clientes puedan realizar la elección correcta y la mejor inversión. “En las agencias Faboce ofrecemos productos de la mejor calidad, variedad y con costos accesibles, a través de campañas como ‘Stock Fuera’, con precios de fábrica”, anotó Pérez.

Desde Cerámica Gladymar S.A., del Grupo Roda, según el gerente general, Gonzalo Taborga Tejada, han implementamos nuevos canales de ventas online, por WhatsApp, asesoramiento personalizado vía Zoom y otras herramientas que se volvieron parte rutinaria del día.

En los últimos dos años, Taborga dijo que implementaron mejoras en productividad y eficiencia en las áreas de producción, ventas y logística, incluyendo nuevos productos y servicios como la venta de pinturas Coral en la red a escala nacional

Datos 

Efecto. La caída en la actividad económica es parte de un fenómeno global, dado que todas las economías del mundo sufrieron efectos negativos en sus niveles de producción debido a la pandemia. Perú registra la mayor caída acumulada en la región, con una tasa negativa de 17,27%, seguido por Argentina (-12,55%), Bolivia (-11,11%), Colombia (-7,43%), Chile (-7,08%), Uruguay (-5,99%) y Brasil (-5,90%).

Repunte. En su variación acumulada, el Índice Global de Actividad Económica (IGAE) muestra un cambio de tendencia luego de su caída en junio de -11,11% (en línea con los datos del PIB al segundo trimestre del año) y alcanza un -10,48% en julio.

Fuente: El Deber.

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