El sector de la construcción de Bolivia sufrió una contracción del 11,11 por ciento al segundo trimestre de 2020 debido a los efectos relacionados a la emergencia sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus.
Las cifras surgen del informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicado en la víspera, acerca de la variación del Producto Interno Bruto (PIB).
Las obras públicas y privadas se paralizaron totalmente en abril y, parcialmente, en mayo y junio, representando una disminución de 50,95% en la variación acumulada al segundo trimestre del año.
De contar el 2016 con una participación de 7,8 por ciento en el PIB, la participación del sector ha ido descendiendo en el transcurso de los años llegando en 2019 al 3,53 por ciento, con el descenso del 37 por ciento. Al segundo trimestre de 2020, la variación acumulada es del -50,95 por ciento siendo el sector más afectado, seguido de minería con una acumulación del -38,56 por ciento.
Proyecciones desalentadoras
A tres meses de concluir el año, la Cámara Boliviana de la Construcción (Caboco) avizora cifras aún más críticas; a la fecha solo el 28 por ciento de empresas actualizaron sus matrículas, 250 mil empleos se han perdido y persisten los más de 2 mil millones de bolivianos que el Estado debe a las empresas constructoras desde gestiones anteriores y las que se acumularon con el Gobierno de transición. Según los datos presentados en este primer trimestre, la información y los índices del Banco Central han previsto una contracción del sector de la construcción de un 1,8 por ciento.
El sector permaneció 11 meses pidiendo se paguen las deudas, que se otorguen recursos para reactivar la economía y que se traspasen los fondos a los Municipios con el fin de que honren sus deudas con los constructores; más aún las posibilidades de recuperación de la construcción es cada vez más desalentadora, porque los Gobiernos Autónomos Municipales de Bolivia, dejarán de percibir 1.446 mil millones de bolivianos, haciendo más lejana la posibilidad de poder reactivar la economía y por ende a la construcción.
Fuente: Los Tiempos.