Por una situación de iliquidez financiera insostenible, el Directorio de la Cámara Boliviana de la Construcción (CABOCO), exige una solución inmediata a la deuda acumulada con el sector de Bs 2.000 millones. El no pago corresponde a planillas impagas de proyectos de inversión pública ejecutados tanto en el nivel central y las entidades subnacionales como son las gobernaciones, municipios y universidades.
Ante ese panorama, CABOCO, lamenta que, en más de siete meses de gestión, el Gobierno de la presidenta del Estado, Jeanine Áñez, no haya tenido el interés de apoyar al mejoramiento y estabilización del sector de la construcción. “Si bien entendemos que hay temas de salud que son inevitables de atención e importantes, también debemos recordarle al Gobierno Nacional su responsabilidad de la reactivación de la economía del país”, reza el boletín de prensa hecho público este miércoles.
En un momento de crisis. CABOCO hace público que, la construcción, actualmente se ve vulnerado en sus derechos y acosado por sus contratantes por medio de los supervisores que exigen el reinicio de obras. Ambas partes se cuestionan, ¿qué hacer?, si entre ellos no se cancelan las planillas de obras concluidas y en ejecución, que datan de hace varios meses y en algunos casos años. En ese contexto, los constructores dicen que la deuda acumulada por parte del Gobierno Central y las subnacionales alcanza a Bs 2.000 millones.
En ese contexto, de compromisos incumplidos y deudas acumuladas, los constructores advierten que es pretencioso que un sector como la construcción pueda reactivarse y trabajar si no les pagan. Al mismo tiempo lamentan, pese a que se han hecho las gestiones necesarias, incluso habiendo solicitado reuniones en la cual supuestamente, las autoridades de Gobierno se comprometieron a dar soluciones, se hallen hasta hoy sin respuestas y menos acciones positivas.
Las interrogantes de los constructores, se generan además por las declaraciones de Carlos Schlink Ruiz, viceministro de Tesoro y Crédito Público, quien dijo tácitamente que “el MAS nos heredó un sobregiro de Bs 18.500 millones en el TGN (Tesoro General del Estado), justificando así que por ese motivo estaban en dificultades de cumplir con el sector privado por proyectos impagos.
Todo ello hace pensar, dice el Directorio de CABOCO, que podría sugerir a todo el empresariado privado nacional, revisar las cláusulas de sus contratos que se refieran a respaldos por paralización de obras, rescisiones posibles de contratos, entre otros aspectos. “Por las condiciones actuales que se atraviesan; estamos seguros que la inseguridad jurídica pasada y la actual pone en mayor riesgo la estabilidad y garantía de mantener empleos seguros y empresas con fortaleza económica para apoyar a la reactivación de la economía”, señala el documento.
Atención a una solución definitiva. Los representantes de las Cámaras Departamentales de la Construcción de La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, Tarija, Pando, Oruro, Beni y Potosí que conforman el Directorio de CABOCO, se encuentran preocupados por la falta de respuesta e importancia de su situación actual. La situación se dificulta más aún, menciona CABOCO, cuando en todas las medidas se excluyen básicamente al sector, porque no apoyan en nada; no se ha considerado cuando, como y con qué recursos se reinician las obras; “tampoco se ha considerado que los contratos de adhesión establecen que la paralización de obras por fuerza mayor, serán consideradas por la entidad, quienes deberán reconocer a favor del contratista los gastos correspondientes a la suspensión de trabajos. En este caso las entidades contratantes tampoco cumplen los contratos firmados negándose a cumplir las cláusulas descritas”, describe el documento. Al final, pide al Gobierno de Áñez, dar una solución definitiva e inmediata a la crisis del sector de la construcción, dado que se debe pagar a las empresas constructoras, se debe garantizar los presupuestos, se debe generar seguridad jurídica para los contratos de las obras, y por último se debe poner la atención debida a un sector que ha apoyado a la economía del país, y que ahora se siente debilitado. “Caso contrario los empresarios deberán revaluar sus posibilidades y necesidades de las formas de demandar las mismas”, finaliza.
FUENTE: EL DÍA DIGITAL
