Las empresas del sector han optado por hacer nuevas evaluaciones respecto a la reanudación de la operación. A esto se suma las dificultades por el tema burocrático y obtención de permisos para trabajar
Si bien el sector de la construcción contaba con luz verde para retomar sus labores y se proyectaba un retorno gradual a la actividad, el aumento de casos por coronavirus en Santa Cruz (en las últimas horas se reportaron 478 nuevos infectados y se acumulan 5.366 registros positivos) lleva al sector a postergar el reinicio de obras. Por ejemplo, las empresas evitan reanudar labores en zonas que son catalogadas por las autoridades de alto riesgo, debido a los contagios por el virus.
En la actualidad solo hay 25 proyectos (formales) de envergadura que retomaron la operación, según el seguimiento que hace la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz) y los constructores esperan que la situación evolucione de manera favorable para continuar los trabajos en una plaza en la que se viene edificando más de un millón de metros cuadrados por año (proyección que se verá disminuida por el parón de la actividad).
El impulso también se ha visto frenado por la burocracia. Uno de los escollos que se presentaron es el acceso a los pases de circulación de vehículos (para transporte de personal) que son otorgados por el sector público. De 2.500 solicitudes hechas por Cadecocruz, solo se recibieron 532 permisos (y justo surgió el tema de la falsificación y malos manejos que llevó a enfrentar a la Alcaldía cruceña y al Viceministerio de Seguridad Ciudadana).
A esto se suma que las empresas ya habían entregado sus protocolos de bioseguridad y sobre la marcha cambiaron las reglas y se centralizaron los procesos con el Ministerio de Trabajo, por lo que es otra situación que tiene a los empresarios en espera.
De esta manera, el gerente general de Cadecocruz, Javier Arze, sostuvo que, pese a la crítica situación económica del sector, las obras se han tenido que retrasar e indicó que algunos de los que iniciaron labores optaron por armar campamentos en sus espacios de operación para cuidar la salud de sus trabajadores y así evitar los riesgos el contacto con terceros. Además, lamentó que la improvisación en el sector público también implique retraso, aunque resaltó por el escenario de emergencia se proyectaba un retorno gradual.
Por otro lado, el arranque se ha visto condicionado porque solo las obras del sector privado toman impulso. Todavía no se definió el reinicio de las obras públicas, ámbito en el que se espera que el Estado se ponga al día con pagos que ascienden a Bs 2.500 millones, aunque ya hay algunas señales para pagar las deudas, según Arze.
Los constructores se mostraban como uno de los sectores más necesitados con la reactivación económica, pero el escenario de emergencia lleva a dar prioridad a una situación que pone en una encrucijada a las autoridades (y a la población) para definir el futuro de la cuarentena.
Por su parte, Valerio Ayaviri, secretario ejecutivo de la Confederación Sindical de Trabajadores Constructores de Bolivia, reportó que son los trabajadores ligados al sector informal o personas particulares quienes también iniciaron sus trabajos y en suma casi del 10% de operarios del sector se hallan en actividad (de un aproximado de 480.000 empleados) en el territorio nacional y salen a trabajar bajo su responsabilidad.
En este sentido, el dirigente expresó que tanto las empresas como los trabajadores deben cumplir las medidas y protocolos de bioseguridad que han sido coordinados con el sector público (también se suman al llamado con distintas acciones como la creación de mensajes informativos para el sector), a tiempo de agregar que las empresas están teniendo problemas de presupuesto por lo que es de suma urgencia que se generen nuevas políticas para el resurgir sectorial.
FUENTE: EL DEBER