El déficit fiscal, el cierre de microempresas, el deterioro de las RIN y el incremento de la deuda son una muestra de la desaceleración.
Los empresarios privados prevén una reducción de las Reservas Internacionales Netas (RIN) mayor a los 1.200 millones de dólares anunciada por el Gobierno para 2019 y temen que esta situación se traduzca en medidas de control de divisas, expresó el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), Ronald Nostas, en respuesta a un cuestionario enviado por Página Siete.
¿Cual es la situación de la economía, según los empresarios? ¿Existe desaceleración?
Durante más de un año hemos alertado al gobierno que el crecimiento de la economía se había desacelerado y que esa tendencia debía atenderse con urgencia y con mucha seriedad.
Lo cierto es que la desaceleración que experimentamos desde 2015 es lenta pero progresiva y está afectando de manera desigual al empresariado.
Los datos oficiales nos señalan claramente que el ritmo de crecimiento es menor en los últimos años y esos índices tienen su correlato en toda la economía, desde las cifras macroeconómicas como el déficit fiscal y comercial, las caída de las RIN y la deuda externa, hasta las pequeñas señales como el cierre de Mypes, los problemas de los productores textiles y el incremento de la informalidad laboral.
Más allá de la caída de los precios de hidrocarburos y minerales, el problema es que el tipo de crecimiento que estamos logrando está basado en el impulso al consumo, que en muchos casos deriva en más importaciones y contrabando, no así en mayor producción y más empleo formal.
Hay una persistencia para mantenernos en un modelo que fue muy efectivo en la época de bonanza, pero que en la actualidad ya no puede dar respuestas a los grandes problemas que dejó pendiente la década pasada.
El Gobierno anuncia que las reservas internacionales bajarán en 1.215 millones. ¿Qué impacto puede tener esto? El Gobierno dice que es para potenciar inversión pública.
En el tema de las RIN, nuestras proyecciones son menos optimistas, nos preocupa que esta situación pueda derivar en medidas regresivas de control de divisas.
El obligar la repatriación de divisas invertidas fuera del país, sea a los bancos o a los fondos de inversión, junto a otras acciones como la baja de encaje en moneda extranjera para retener divisas, son parte de las señales de intervención que muestra ampliamente la literatura, como factores disparadores de desconfianza.
En lo que va del año, el BCB ha perdido más de 400 millones de dólares de reservas y ello solo se explica en la demanda de divisas por parte de agentes que anticipan ese escenario.
Así, en una proyección lineal de las divisas se podría cerrar 2019 con 4.800 millones de dólares y 2020 con sólo 2.900 millones de dólares , que equivale a tres meses de importación.
El impacto de la caída de reservas puede ser preocupante, especialmente para las actividades relacionadas con el dólar.
¿Qué indicadores reflejan una menor actividad económica?
Hay muchas señales, como el persistente déficit fiscal y el elevado déficit comercial, el estancamiento de la inversión privada, la pérdida de competitividad exportadora, el aumento de contrabando e incluso la grave afectación para el sector empresarial del pago del segundo aguinaldo.
En esencia creemos que estos años se creció con el impulso al consumo interno y un caudal transitorio de rentas, como la del gas, pero se dejó de lado la promoción a la inversión privada y la visión de mercados globales, particularmente para productos no tradicionales.
La aplicación ortodoxa del modelo actual dejó temas pendientes como el contrabando, la informalidad, la burocracia, la falta de diversificación e industrialización, la política salarial, los déficit gemelos y el modelo, basado solamente en la inversión pública.
Desde nuestra interpretación, si el modelo impide el desarrollo del sector privado o si sigue obviando su participación en el debate sobre las medidas económicas, lo que hace es dificultar la formalización de la economía, afectar la inversión, constreñir la industria manufacturera, precarizar a las PyMes y mantenernos en el ciclo de las materias primas.
FUENTE: PÁGINA SIETE / LA PAZ