El exministro de Economía descarta que haya una devaluación de la moneda nacional. Dice que no volverá al Gobierno hasta que esté totalmente repuesto. Es crítico con la dirigencia de los privados del país.
El ex ministro de Economía, Luis Arce Catacora
Pese a una enfermedad muy seria que lo alejó de su cargo, se lo ve dinámico y campea un buen semblante. Dice que aún no está listo para emprender actividades que demanden mucho esfuerzo, pero no le pierde paso a la coyuntura económica.
¿Ya está mejor de salud?
Felizmente, la etapa dura ya pasó. Este tumor cancerígeno que tenía tiene rebrotes y eso es lo que está cuidando el médico. Me está haciendo controles trimestrales. Ya he tenido dos hasta el momento y todo felizmente ha salido muy bien. Estamos optimistas de que esto se resuelva más rápido de lo que normalmente sucede. Fui sometido a un tratamiento con 12 quimioterapias en Brasil. Todas felizmente muy efectivas. Se pudo erradicar el tumor, pero como este es un tema microscópico, hay que hacer evaluaciones permanentes. Estoy siendo disciplinado en todo lo que me dice el médico.
Como exministro ¿Cómo analiza la economía a medio año de 2018?
Los indicadores muestran que la economía está saludable. El sistema financiero da cuenta de un incremento en los depósitos y créditos. Hay buena recaudación de impuestos. El IGAE (Índice General de Actividad Económica) y los indicadores líderes de producción andan bien. Tenía miedo de los efectos climáticos de principios de año, que afectaron a algunas comunidades, pero parece que eso ha sido compensado con la buena producción. La manufactura no ha bajado los brazos. En general, estamos a un buen ritmo, comparado con lo que está pasando con los países vecinos.
¿Terminaremos mejor que el año pasado?
Creo que Bolivia va a liderar otra vez el crecimiento económico este año. Si la inversión pública se sostiene como en los primeros meses, que fue más alta que la del año pasado, entonces se va a consolidar el crecimiento por encima del 4,5% para esta gestión.
Luego de 12 años de implementado el modelo económico ¿será tiempo de ajustarlo?
Después de ese tiempo, por supuesto que nuestro modelo necesita mejorarse en algunas cosas. Por ejemplo, seguir apoyando al sector de la microempresa, continuar con la política productiva incentivando al sector agropecuario, especialmente a los productores de fruta, verduras, legumbres, para incrementar la producción. Consolidar la industrialización de los recursos naturales. Todo eso se necesita, pero está en línea con el modelo. Se ha estado haciendo, aunque evidentemente hay una ralentización de las medidas que antes se tomaban para mejorar. Estimo que hasta el segundo semestre ya empezarán a salir las medidas.
Pero ¿no será necesario cambiar el modelo?
De ninguna manera, sino todo lo contrario. Hay que profundizar este modelo, especialmente la etapa redistributiva del ingreso.
¿Qué se nos viene en el futuro inmediato?
Lo peor de la crisis que afectó a muchos países de la región ya pasó. El 2016 fue el peor año que vivió el mundo. El modelo económico mostró que cuando enfrentamos crisis, con caídas de precios, sigue manteniéndose con la fortaleza para sacar a la economía hacia adelante. Este 2018 es mucho más cómodo que años anteriores. Los siguientes seis meses que se vienen van a ser mejores que los seis primeros meses de este año. El único nubarrón que se tiene es lo que va a ser (Donald) Trump en Estados Unidos y que puede afectar a nuestros países vecinos, y de manera indirecta pueda tener consecuencias en el nuestro.
¿Cómo ve el manejo de la economía en el Gobierno actual?
Felizmente se ha mantenido el equipo y se ha mantenido sin ninguna modificación el modelo económico. Mal podría yo criticar lo que nosotros mismos hemos establecido. Me alegro de haber conformado un equipo en el ministerio que va a responder con cualquiera que esté a cargo del ministerio.
¿Hay todavía alguna influencia de Luis Arce dentro del Ministerio de Economía?
No hay ninguna. Más bien, estoy a la orden para cualquier duda, consulta, comentario o sugerencia que pueda venir del Ministerio de Economía, de otro o del propio Palacio de Gobierno.
¿Ha pensado en volver?
Siempre ha estado la idea de volver, pero primero está la salud. Recuperamos la salud y así sí se podrá hablar al respecto.
En enero se barajaba su nombre en algunos ministerios…
No conozco de esos comentarios. Sin embargo, yo he recibido un cariño de la gente. En la calle o el minibús. Hay gente que me paga mi pasaje. Me siento muy honrado de que la gente se preocupe. Cuando voy al mercado, no me quiere cobrar. Hasta me da vergüenza. Pero siento que hay un cariño especial. Les agradezco mucho. Mucha gente me pregunta cuándo voy a volver. Pero cuando esté al 100% y pueda convencer a la familia que ya no tengo nada, recién voy a ponerme a pensar en regresar a un cargo público.
¿Cómo fue la decisión de ser parte del directorio de YPFB-Transporte?
Recientemente me invitaron a que forme parte. Voy a ser un miembro más. Mucha gente pensaba que iba a ser el mandamás. Yo solo voy a formar parte del directorio, así que estaré yendo a Santa Cruz las veces que el directorio así lo demande. Pero hasta ahora no he sido convocado a ninguna reunión y no tengo siquiera una comunicación oficial de YPFB-Transporte al respecto.
¿Qué puede aportar usted?
Lo que hay que ver es la situación financiera en la que se encuentra, los negocios que emprende, la forma en que está encarando el manejo de la administración de los tubos de gas, el envío de gas a Argentina, a Brasil, a las plantas procesadoras de urea, entre otras cosas. Vamos a apoyar que esté garantizada la sostenibilidad de la empresa. Habrá que ver la política que puede seguir.
¿Habrá una buena remuneración ahí?
La verdad, desconozco.
¿Qué opina sobre los cuestionamientos de sectores empresariales por el dólar fijo frente a la economía internacional?
No están leyendo lo que pasa en América Latina. El 2014, el FMI recomendó la liberación del tipo de cambio y todos los países le hicieron caso. Nosotros les dijimos que Bolivia no iba a hacer ninguna modificación de esa naturaleza que no esté enmarcada en los fundamentos de la economía y que no represente problemas con el efecto ‘Pass Through’. Es lo que ha ocurrido en otros países. El esfuerzo de devaluar para generar mejores condiciones de comercio exterior se ve afectado por una mayor inflación que se come toda la devaluación y, por lo tanto, no es que un país gana competitividad. Argentina es el peor de los ejemplos. La clave es mantener una inflación estable y con eso se genera un tipo de cambio real positivo.
Pero ¿se podría llegar a depreciar la moneda boliviana?
No es que hay que mirar solo el tipo de cambio, ese es el error de muchos economistas que tienen el chip neoliberal y repiten como loros lo que está en los libros de texto, sin tomar en cuenta los supuestos que están en los modelos económicos y la realidad que viven los países. Esos errores se pagan, como el caso brasileño, argentino o colombiano. Les aclaro que Bolivia no tiene un tipo de cambio fijo. El sistema cambiario que tiene Bolivia es un ‘crawling peg’ activo.
¿Cómo funciona?
Es un sistema que mueve el tipo de cambio en función a los fundamentos. Con ese sistema, más bien deberíamos apreciar la moneda boliviana porque tenemos el mayor crecimiento económico respecto a los demás países.
¿Cómo ve al sector empresarial en el país?
Hay un sector mayoritario empresarial que no está pudiendo reaccionar y no está a la altura del desafío del modelo económico boliviano. Es el que siempre anda poniendo pretextos, el que siempre anda buscando excusas para no invertir. Felizmente hay otro sector, generalmente joven, dinámico, emprendedor, que invierte, que se maneja con olfato empresarial, antes que con buscar qué me da el Gobierno para garantizar una rentabilidad en mi empresa. Ese empresariado que siempre ha existido, que está dentro de la Confederación de Empresarios de Bolivia, es un empresariado antiguo que no ha consolidado la mentalidad empresarial, que sigue pensando que el Estado tiene que hacérselo todo y lo hace sin invertir. El otro sector dinámico, que muchos de ellos no están afiliados a la CEPB o están afiliados por obligación, está mostrando que está a la altura del desafío de industrializar el país.
¿Cuál debería ser la relación Gobierno-empresarios?
Las condiciones del sector empresarial desde el Gobierno ya están dadas ¿Qué más quieren? Cuando uno mira el excedente de la economía, el sector privado se lleva el 75% del excedente económico del país. El restante se queda para el Estado. Pero por el lado de la inversión, el Estado está invirtiendo cerca de $us 5.000 millones promedio y los empresarios no llegan ni a $us 1.200 millones ¿cómo puede ser que no inviertan y se queden con la mayor parte del excedente económico boliviano? Algo está mal, hay que revertir las cosas, generar condiciones para que quien invierta se quede con el excedente o que el sector que hoy se está quedando con el excedente, invierta más. Por otro lado, el empresario reacciona porque se le cobra lo que tiene que pagar.
FUENTE: EL DEBER / MIGUEL ÁNGEL MELENDRES