A menos de dos meses para la finalización de la gestión 2021, la ejecución del Presupuesto General del Estado (PGE) 2021 no supera el 50 por ciento y, según analistas, es probable que a fin de año no se llegue ni al 80 por ciento. Por ello, advierten que la baja ejecución afecta a la reactivación económica, la generación de empleo, la ejecución de obras y la disponibilidad de recursos para los gobiernos subnacionales.
Para el economista Germán Molina, la baja ejecución presupuestaria del PGE afectaría al crecimiento económico y significaría un incremento menor al 4,4 por ciento que programó el Gobierno.
Mientras que el economista José Gabriel Espinoza considera que, con una baja ejecución, será muy difícil que el Gobierno pueda dinamizar la economía del país, generar empleo “y salir del bache en el que nos ha metido la pandemia”.
La falta de recursos también ocasionará que el Gobierno nacional sea más rígido al momento de entregar recursos a los gobiernos subnacionales y tratará de acelerar los proyectos que están administrando.
“Hay estrategia dual en la que se empuja al ajuste a los gobiernos subnacionales para liberar recursos, para que el Gobierno pueda hacer ejecución de proyectos”, dijo.
Agregó que la baja ejecución presupuestaria del PGE se debe a falta de recursos, que debían provenir de créditos de organismos internacionales, pero no se concretaron.
“Realmente es una situación complicada, la ejecución pública del presupuesto no es la adecuada, gran parte de la gestión tiene que ver con gasto corriente. La inversión pública está sumamente retrasada”, agregó.
El PGE 2021 tenía previsto un financiamiento externo de 5.500 millones de dólares, 3 mil millones a través de bonos soberanos y 2.500 por medio de créditos externos. No obstante, sólo se captó 1.200 millones.
Los créditos externos que requieren contrapartes del Gobierno no pudieron ser desembolsados. Según la hipótesis de Espinosa, esto se debe a que el Gobierno no tiene la disponibilidad de recursos para colocarlos. Los únicos créditos que se desembolsaron son aquellos en los que no se exige contraparte boliviana y que fueron destinados al pago de los bonos.
La llave para poner su contraparte eran los bonos soberanos, pero estos tienen elevadas tasas de interés, hasta del 10 por ciento. “Es una señal de que la economía mundial desconfía del manejo de la economía boliviana, porque el Gobierno ha cometido errores como pedir el diferimiento del pago de la deuda externa”, indicó Espinoza.
Fuente: Los Tiempos.