Mientras los Gobiernos de Brasil y Chile anunciaron la suspensión de proyectos hidroeléctricos en sus territorios por los impactos socioambientales entre diciembre de 2017 y enero de 2018, el presidente Evo Morales avanza con su política de profundización de generación de energía de este tipo con la inauguración de la Central Hidroeléctrica San José I, que entró en operaciones el 17 de enero y elevó a 2.155 (MW) la oferta nacional de energía eléctrica.
Por otro lado, un estudio realizado por la Universidad Internacional de Florida advirtió que en la cuenca andina amazónica de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú existen 142 represes activas y en construcción que fragmentaron seis de las ocho principales redes fluviales que amenazan 671 especies de peces.
Contrariamente, los especialistas consultados indicaron que los estudios de impacto socioambiental en Bolivia donde son limitados y no permiten conocer la afectación real
La investigación desarrollada por la casa de altos estudios estadounidense analizó las cuencas Caquetá, Putumayo, Napo, Marañón, Ucayali, Madre de Dios, Beni y Mamoré, y detectó 142 represas activas y en construcción y 160 en etapa de proyectos.
“La buena noticia es que los cauces principales de los grandes ríos todavía tienen alto nivel de conectividad, así que hay oportunidad de proteger estas vías fluviales”, explicó la investigadora de la Universidad Internacional de Florida, Elizabeth Anderson citada por el portal Scidev.
Las únicas cuencas andino-amazónicas que no fueron afectadas por las represas en la actualidad son Caquetá, ubicada entre Colombia y Brasil y el Putumayo, compartida por Colombia, Perú y Brasil. En el resto, las represas amenazan a parte de 671 especies de peces migratorios porque alteran su hábitat y crean barreras para su movimiento a lo largo de los corredores fluviales.
El documento agrega que, en el hábitat, esta dinámica también altera la disponibilidad de recursos pesqueros, la navegación fluvial y la agricultura de las planicies, porque los sedimentos que fluyen desde los Andes hacia el Amazonas se tapan.
En este sentido, el experto en recursos hídricos Óscar Campanini explicó que los proyectos hidroeléctricos impactan en el área inundada por el embalse, sobre la fuente de agua, debajo de la infraestructura y la emisión de metano.
“Para el caso de Bolivia, las grandes hidroeléctricas, en la macro cuenca del Amazonas por la riqueza en biodiversidad, por la dinámica del sistema hídrico, es donde los impactos son mayores en dimensiones y en extensión territorial”, añadió.
Sin embargo, lamentó que en alguno de estos proyectos los estudios de impacto ambiental sean limitados y, como consecuencia, no se valore de forma adecuada ni eficiente los impactos reales. “No existe información suficiente para identificar los impactos de estas políticas y metas gubernamentales.”, finalizó.
142 represas activas y en construcción se encuentran en la cuenca andino amazónica que comparten Bolivia, Brasil, Ecuador, Perú y Colombia.
BRASIL Y CHILE FRENAN PROYECTOS
El pasado 4 de enero, el secretario ejecutivo del Ministerio de Minas y Energías de Brasil explicó al diario O Globo que se cambiará las políticas hidroeléctricas en la Amazonía por los impactos sociales y ambientales que generan los megaproyectos. El 29 de enero, la compañía chilena Enel, anunció que también abandonará dos proyectos hidroeléctricos. Entre 2016 y 2017 canceló seis proyectos.
FUENTE: LOS TIEMPOS / ROGER MEDINA CANDIA